Días cortos y rápidos
...pero enriquecedores.
Estas últimas semanas han pasado de manera fugaz.
Han sido como destellos reveladores. Tal vez es lo que me faltaba.
Recuérdome con agonía, queriendo caer en el abismo q servía de alimento al alma pero desnutría totalmente al cuerpo.
Si bien los años venideros suelen desaparecer más rápido q los añorados, estos días han sido regalos preciados inolvidables.
He abierto los ojos de manera inexplicable e intransferible; he descubierto maravillas en entes mayores q los físicos que nos brindan en el transcurso de los días.
Comprendo q cada persona es un mundo, pero no esperé q exista tal grandeza admirable dentro de cada uno.
Constantemente me recriminaban por estar disponible para compartir con las personas algún momento, dejando de lado los propios, en los que descansaba y recapacitaba cada acción; ojalá las inversiones q realice en algún futuro produzcan tantas ganancias como las que disfruto ahora que me doy cuenta q no fue en vano, nada fue en vano.
Ese calor de hogar que una imagina cuando recién se sueña, esa atención desinteresada y sincera que ofrecen sólo los niños, esa alegría y paz q aparece disfrutando de una tarde en el campo junto a algún riachuelo, es eso y seguramente más lo que se me está ofreciendo.
He recordado que la familia es importante, pero nunca me imaginé sentir ese dolor e inmadurez de su parte por querer y elegir verlos desde un cuadro.
Me he convencido que el amor existe y es totalmente indescriptible. No importa cuanto luches por tratar de canalizar los sentimientos y encarcelarlos en expresiones cultas o espontáneas, no pierdas el tiempo; mejor aprecia lo que está al frente, no distorsiones la percepción del momento tratando de describirlo al mundo para que te crean, al fin, el que pierde la experiencia, serás tú.
Es recién ahora cuando bajo mi cabeza y junto mis manos. Disculpa por no haberme dado cuenta mucho antes.
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