En un instante
personal El confuso amanecer
comenz� a fastidiarme,
nada estaba en su lugar,
nada como deb�a ser.
Sin ganas de calmar
el malestar que ocasionaban las vicisitudes,
buscando el alimento para mi alma y cuerpo,
percib� que podr�a lograr algo impactante,
insignificante y radical a la vez,
pero desde diferentes percepciones,
un ligero movimiento
para lograr cambiar el �nimo de todos los all� presentes.
Y as� fue como un instante se convirti�
en el tiempo necesario para desfogar mi amargura
era mi tiempo y lo disfrut�, a�n m�s,
justo antes de llegar a su fin.
El sonido, como gotas gloriosas
que acarician mis t�mpanos acalorados
luego de un d�a extenuante,
me hizo feliz.
Con sorpresa y satisfacci�n
me sent�, respir�, sonre�,
a lo cual, mis �nicas palabras fueron:
�Ma, ahora, s�lo hay once�.
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